El fin de una relación amorosa es un evento que puede generar un profundo dolor y desorientación. Experimentar una ruptura es como vivir un duelo, un proceso natural y necesario para sanar y seguir adelante. En este artículo exploraremos las 7 fases del duelo por ruptura de pareja.

Entendiendo el duelo por  ruptura de pareja

El duelo por una ruptura amorosa es un proceso individual y único, que puede manifestarse de diversas formas. No existe un tiempo establecido para superar el dolor, y cada persona lo experimenta a su propio ritmo.

El ser humano es un ser emocional que a lo largo de su vida forja diferentes lazos afectivos que resultan de vital importancia para un adecuado desarrollo emocional. Cuando estos lazos se ven amenazados o se rompen supone unas fuertes reacciones emocionales.

Cuando se comparte vida con otra persona, se establece una identidad basada en “nosotros”, frente al “yo” individual. Al producirse una ruptura de pareja, aparece un proceso normal, largo, lento y doloroso. Vivir una ruptura de pareja, tanto en sus momentos previos como posteriores resulta un proceso doloroso, emotivo y estresante por el que se atraviesa por diversos sentimientos y emociones, que por su intensidad, en ocasiones son difíciles de manejar.  Una ruptura de pareja implica depresión, angustia, pérdida de energía, impotencia, desilusión, subestimación o alteración de la percepción y de la atención.

La persona inicia un periodo de duelo por ruptura de pareja que afecta a las partes implicadas de modo que la percepción y pensamientos de las personas se ven alterados, teniendo consecuencias en cómo se mira la realidad, se ve sobrevalorada la propia realidad y se niega la de los demás, dificultando tener en cuenta las necesidades o intereses de los demás. La persona no diferencia entre el dolor experimentado y las necesidades propias y de otros por satisfacer. Por ello se ve afectada  la negociación sobre aspectos que puedan atañar a la pareja o vínculos de unión como son los hijos, en el caso de que se tengan; viéndose olvidadas sus necesidades y posición llegando incluso a la utilización de estos como fines propios personales por uno o ambos progenitores.

Comprender el duelo por ruptura de pareja es el primer paso para sanar. Es normal sentir una amplia gama de emociones, desde tristeza y enojo hasta confusión y alivio. Cada persona experimenta el duelo de manera única y el proceso puede variar en duración. Además se trata de procesos no lineales sobre los que hay gran variedad de  literatura e investigaciones de diversos autores  en torno a las rupturas y el duelo en la pareja.

¿Cómo nos afecta la pérdida de pareja?

El duelo por ruptura de pareja, como cualquier crisis en el ciclo vital, exige unos cambios y adaptaciones progresivos ante una realidad desconocida y desconcertante, en un momento de gran tensión y ambigüedad.

A pesar de que es imposible que no haya emociones, en cada persona los procesos de pérdida de un vínculo de pareja pueden ser vividos y experimentados de diferentes formas. El conflicto en los procesos de ruptura estará influenciado por variables personales cognitivas y emocionales, de modo que se verá facilitado o no el proceso de pérdida y definirá la presencia de conductas inadecuadas en el intento de solución de conflictos tras la ruptura. Estas variables dependen de la fortaleza interior de la persona para afrontar este tipo de aspectos, el nivel de dependencia que tenía la persona, la autoestima de la persona, sus experiencias pasadas respecto a cómo afronta las pérdidas o de los recursos internos de cada uno.

Duelo por ruptura de pareja

También influyen otra serie de factores en la afectación de la pérdida como son la manera en cómo se ha dejado la relación, el estado en el que se encontraba la pareja cuando se rompió, el momento evolutivo en el que se encuentren las partes, el comportamiento y actitud de los familiares y red de apoyo o el comportamiento de los hijos ante la ruptura, en el caso de la existencia de estos. A su vez, la variación de su afrontamiento dependerá de igual modo del grado de participación activa que haya tenido  cada uno de los miembros en la decisión de separación afectiva. Aun así, a pesar de que la ruptura pueda ser acordada por ambos, no imposibilita que el dolor pueda ser menor, pues para cada persona, la ruptura adoptará un significado diferente y se adoptará un proceso de duelo diferente en cada integrante, donde la experiencia emocional no es la misma y se avanzan a diferentes ritmos. Lo que sí se da de forma similar, a pesar de que no siempre coincide en el tiempo, son dos tipos de pérdidas:

  • Separación física, material, el distanciamiento y la ausencia
  • Pérdida de proyectos, expectativas, ideal de pareja y amor incondicional

Ambos tipos de pérdidas afectan de forma inevitable a la identidad y autoestima, la seguridad personal, las expectativas de futuro, visto ahora de manera incierta y otros estados físicos o emocionales; inseguridad, incomodidad, sentimientos de incapacidad, impotencia, frustración, agresividad, confusión e incluso deseos de venganza. No obstante, el clima emocional  posterior a la ruptura y que determina los posibles conflictos puede verse mediado por el grado e intensidad de la relación que se tenía, por la situación económica en la que puedan quedar las partes implicadas así como la presión social y familiar a la que pueden verse sometidos.

Si crees que puedes necesitar ayuda profesional para acompañar tu proceso de duelo por ruptura de pareja, en Espacio Mente y Salud contamos con profesionales especializados para ello. Puedes pedir una cita o solicitar información.

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¿Cuándo la pareja llega a su fin?

A pesar de la emocionalidad involucrada, en numerosas ocasiones, las relaciones de pareja no duran toda la vida, debido a muchos factores como la intolerancia, la indiferencia, la falta de compromiso de una de las partes, la falta de metas conjuntas, los celos, la incomprensión o el maltrato, entre otras. Antes de darse una ruptura, la dinámica de la pareja durante meses o incluso años se ve afectada, viéndose una transformación lenta y progresiva donde el estilo de comunicación entre estos y su interacción se ve alterado, formándose la antesala a una ruptura paso a paso, donde el vínculo cada vez  está más deteriorado.

Duelo por ruptura de pareja

Etapas del duelo por ruptura de pareja

Tras una ruptura se produce un proceso de duelo por la pérdida. Se trata de un proceso largo y de intensidad variable. Es una etapa necesaria e inevitable donde existe una mezcla de sentimientos que pueden llegar a solaparse. Las etapas del proceso de duelo son:

Sock emocional y negación de la realidad:

Este periodo suele durar meses. Normalmente frente a la ruptura existe cierta paralización y desorientación donde la actividad diaria se ve bloqueada, ya sea el trabajo, en la atención a los hijos o en las relaciones interpersonales. Los síntomas que aparecen suelen ser psicosomáticos, problemas en el sueño y en el apetito, ansiedad, angustia y estrés.

Tristeza y llanto:

Surge un vacío que puede expresarse mediante el llanto independientemente de quién abandona y es abandonado. Esta etapa es dolorosa, pero necesaria para la posterior recuperación y aprendizaje. Es conveniente que no se busque compulsivamente relaciones o adicción al alcohol y sustancias tóxicas como forma de “parche” emocional siendo importante que las personas se permitan el dolor y se vea como un proceso normal debido a la pérdida de la pareja y no como un proceso patológico. El problema viene cuando esta etapa se convierte en un patrón de funcionamiento alargado en el tiempo, donde la persona se estanca y afecta a su vida diaria.

Autoinculpación:

La culpa aparece en ambas partes pero en distinto grado. Surgen preguntas como ¿Qué ha pasado? o ¿Qué he hecho? En este caso la culpa surge como forma de analizar las causas que provocaron la ruptura. Es una forma de encontrar explicación racional y forma parte del proceso de aceptación. El problema surge cuando la culpa del fracaso se dirige hacia uno mismo o hacia otra persona de forma obsesiva, puesto que esto es un hecho que puede ocurrir y puede dificultar el proceso de recuperación y pasar a la aceptación de la realidad.

Negociación:

Intentar cambiar el pasado o encontrar una solución para volver a estar juntos.

Ira y deseos de venganza:

Cuando la persona se siente herida y atacada, la ira y los deseos de venganza son un mecanismo de defensa para afrontarlo. Se trata de emociones normales en este proceso, el problema surge cuando como en el resto de etapas, estos sentimientos se producen en la persona de forma continua, pues la rabia puede pasar de ser un sentimiento normal a ser destructivo.

Aceptación:

En esta etapa se acepta la realidad de ruptura y que la vida debe continuar. Se debe aceptar una nueva identidad, nuevos proyectos, hábitos y roles. En esta etapa también surge el riesgo de que la persona quede en ella mucho tiempo, ya que provocaría desmotivación y agotamiento.

Readaptación a la nueva realidad:

Se produce un cambio hacia una nueva realidad tras la ruptura en la vida de las personas. En esta adaptación se presta más atención a las necesidades personales y aumenta la sensación de control de la situación.

Duelo por ruptura de pareja

Mediación familiar para afrontar la ruptura

La mediación familiar se trata de un proceso útil en la gestión y abordaje de la ruptura de pareja y sus consecuencias. Es un proceso voluntario y confidencial que se utiliza para negociar y decidir sobre los efectos que conlleva la ruptura de pareja.

Para prevenir o aliviar las tensiones que provocan una ruptura, existe una forma de intervención denominada mediación familiar, la cual se trata de un instrumento que facilita acuerdos entre las partes, la comunicación así como ser de gran ayuda en la elaboración del proceso de duelo.

Elaborar un duelo por ruptura de pareja es un proceso que requiere tiempo y supone dolor, mientras tanto es necesario tener en cuenta ciertas cuestiones y obligaciones derivadas de la ruptura, principalmente la de los hijos sí existen. La mediación familiar se encarga de fomentar acuerdos así como del ejercicio de responsabilidades parentales y necesidades como padres para que los hijos conserven su importancia y se vean cubiertas sus necesidades, de manera que el proceso de duelo  afecte de la menor manera en estos.

Duelo por ruptura de pareja

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