Como os prometimos hace unas semanas en nuestra sección de noticias, vamos a contaros nuestra experiencia con el Plan De Intervención con Menores Expulsados que pusimos en marcha a principios de Mayo en un centro educativo en Zaragoza. Pero antes de eso, vamos a hablaros sobre el proyecto, para que los conozcáis un poco más a fondo.

Plan de Intervención con Menores Expulsados (PIMEX).

Ante la falta de un recurso para poder trabajar con menores que han sido expulsados o sancionados en los centros educativos de Zaragoza, planteamos este proyecto para ofrecer una intervención específica con el objetivo principal de dotar de recursos y herramientas psico-educativas que permitan a los menores desarrollar habilidades y actitudes, tanto individuales como sociales (comunicación, asertividad, autoestima positiva, autocontrol emocional, etc.), para un mejor funcionamiento en su día a día.

Por ello elaboramos este plan de intervención con menores expulsados (PIMEX), con grupos de entre 5 y 10 menores y basándonos en la siguiente estructura:

  • Sesión 0: Reunión con padres
  • Sesión 1: Introducción e inteligencia emocional
  • Sesión 2: Autoestima
  • Sesión 3: Habilidades Sociales
  • Sesión 4: Autocontrol, frustración y aceptacón de la autoridad.
  • Sesión 5: Motivación al cambio y evaluación
  • Todo ello a través de una metodología práctica y dinámica, utilizando medios audiovisuales, role-playings, dinámicas grupales, etc.

    Tras la intervención, realizamos un informe sobre la misma, incluyendo recomendaciones de intervención posterior con los menores participantes en función de lo observado en la interacción con ellos.

    La experiencia de intervención con menores expulsados en el IES Pablo Gargallo de Zaragoza

    En el mes de mayo llevamos a cabo nuestra primera puesta en marcha del proyecto en el IES Pablo Gargallo de Zaragoza. Tras varias reuniones e intercambios de correos electrónicos durante el curso, por problemas de agenda del centro, decidimos conjuntamente reorganizar los contenidos para reducirlo a 4 sesiones, además de una reunión con los padres (acompañada por café y pastas por cortesía del centro, que siempre anima el ambiente) para darles a conocer el proyecto, conocer sus inquietudes y las dificultades con las que se encontraban con sus hijos/as.

    La selección de los alumnos la realizó el centro educativo, teniendo en cuenta aquellos menores que habían sido sancionados de alguna manera por su comportamiento en el centro, pero no todos ellos habían llegado a ser expulsados del mismo. Menores hacia los que existía la confianza de que podían mejorar y plantearse las cosas de otra forma dentro y fuera del centro. Así que nos encontramos con un grupo de 7 alumnos y alumnas de 1º y 2º ESO, la mayoría de ellos con dificultades para identificar y expresar adecuadamente sus emociones. Su actitud inicialmente parecía un poco a la defensiva, porque vivían la actividad como un “castigo”; sin embargo, después de explicarles qué y cómo íbamos a trabajar y de escuchar sus demandas y preocupaciones se “ablandaron” y entraron enseguida a participar activamente en las actividades. Resultó ser una experiencia muy chula, nos encontramos con chavales que a menudo acaban siendo estigmatizados y etiquetados por su comportamiento (respuestas “fuera de tono”, conflictos con compañeros, etc.) pero que en muchas ocasiones no saben cómo hacer las cosas de manera diferente. Sin embargo en cuanto les ofreces una mano para dar el paso la cogen con fuerza y se suben a carro.

    Nos llevamos de esta experiencia gran satisfacción, cositas para mejorar (todo lo que se plantea sobre el papel hay que pulirlo posteriormente) y muchas ideas nuevas! Los chavales evaluaron la actividad de forma muy positiva y eso es una inyección de energía para seguir mejorando. Y también nos gustaría destacar la atención impecable y cercana que hemos tenido por parte del personal del IES Pablo Gargallo, en concreto del departamento de orientación, del servicio de mediación y del PIEE. Nos hemos sentido como en casa y esperamos poder repetir en próximos cursos.

    Evidentemente, con esta intervención no se soluciona todo. PIMEX es un primer paso, una forma de introducir las herramientas básicas y posteriormente los alumnos habrán de practicar, ya sea de forma individual o con el apoyo del centro. Lo ideal sería que todos los centros educativos incluyeran la educación emocional en el curriculum académico, como una asignatura más, como forma de prevenir los conflictos y para formar de manera integral a nuestros niños y jóvenes. Pero sabemos que, de momento, estamos un poco lejos de esto, por ello recomendamos a los centros que busquen alternativas extraescolares o actividades complementarias para paliar estas necesidades. Desde Espacio Mente y Salud también disponemos de un proyecto de prevención de conflictos, basado en la educación emocional, dirigido a alumnos de ESO.

    Tanto el Plan de Intervención con Menores Expulsados (PIMEX) como el proyecto de Prevención de Conflictos, son proyectos en los que hemos puesto mucha energía y, desde nuestra experiencia en el trabajo con adolescentes, creemos que son muy necesarios. Si trabajas en un centro educativo de Educación Secundaria, si perteneces al AMPA de algún centro, etc. y deseas saber más sobre cualquiera de ellos, puedes solicitarnos información a través de info@espaciomenteysalud.es.

    ¡Abrazos a tod@s!